
Fabricio Avalos Lozano
“Tapices”
Actualizado: 10 abr 2019
Viejos tapices pegados en la pared
Recuerdos borrosos de una memoria agradecida
Risas estruendosas y lágrimas intercaladas
Un cuadro despintado y los libros viejos en la esquina
Su paso por la estancia pausado y meditabundo
El piano olvidado por el tiempo en la habitación
Área de estar en la tarde y dormitorio al anochecer
Envuelve la memoria atormentándome en sueños
Aromas dejados en el ayer confinados junto a mí
Quien no paraba de leer esos libros gruesos de pequeñas letras
Su voz invitando a pasar en la hora de comida
Las viejas ventanas y los lejanos sonidos que ahora regresan
El patio con su cúmulo de escombro
Construcciones detenidas por falta de tiempo
El pasillo que aún me acongoja en pesadillas
Las luces que encienden al quinto intento
Era yo o uno de ellos al que la casa abrigaba
Después de muchas noches sin verla aún me llama
Gritando mi destino y cambiando el momento presente
En el umbral de la soledad cobrando el precio de ser uno mismo
De mi llegada no recuerdo y mi partida no me es clara
Solo se que no he salido de sus paredes con viejos tapices
Después de tantos años aún estamos los que nos fuimos
Los tíos, los primos, mi hermano, yo y los que la visitaron
La casa allí sigue, pero sus tapices hace mucho fueron arrancados
Se cambiaron por diseños vanguardistas de aquella época
Los que aún se mantienen viejos en mis recuerdos
Mas su aroma no se ha alejado ni un poco del que invoco
Cada llegada me recibía con gusto, aún que no nos presentaron
Me dejaba quedarme en ella y vibrar a su ritmo
Mostrando viejas cosas que entonces eran nuevas para mí
Abrió mis ojos y oídos; o más bien dicho: todos mis sentidos
Añoro sin saber porqué la soledad en ese cuarto de paso
Los ruidos repetitivos del reloj de pared, la lavadora y los trastes
Susurros de voces que no interrumpían mis pensamientos
Ganas de ser muy conocido fuera de ese recinto
Otro yo se quedó para siempre entre las paredes con esos tapices
Cubriendo su desnudez y adornando el espacio para descansar
Al pasar de los años, los momentos que sin saberlo me esperaban
El cambio y dolor que no conocía, asechaban con solo salir de ahí
Me protegía del mundo que abría su boca monstruosa
Sus colmillos frente a mi rostro impecable y retador
Preparaba en silencio a mi mente y espíritu al siguiente nivel
Y yo aún sigo albergado entre sus paredes con viejos tapices
